domingo, mayo 13



No dormiré más de 8hs. diarias, he dicho.


Tiempos de demasiado tiempo extra, gloriosos, pero aburridos.

miércoles, mayo 9

Historias



Le susurré "no te muevas" y me acerqué lentamente al ángulo preciso de su hombro y su latiente yugular. Absorví todo el aire que nos rodeaba y luego, con el corazón en shock, me alejé. Miré al frente, y con la mirada en blanco, solo pude decir "es demasiado."

lunes, mayo 7

Es mejor dejar volar los pensamientos antes de herir con palabras. Un alma es capaz de purificarse cuando se lava de prejuicios y acusaciones, y deja brillar la propia esencia. Al fin y al cabo ¿Quiénes somos para poner al culpable en el banquillo de acusados?  

Cuidado... 
quien mucho acusa, poco reconoce.

domingo, abril 29

Darle valor a las personas por lo que son, 

 exactamente lo que son y nada más.


Tachame la doble !

miércoles, abril 25

martes, abril 24

Seamos realistas

Siempre al empezar una relación queremos, imploramos a Dios , Buda y Alá para que esta vez, las cosas salgan bien. Y empezamos... "quiero ir despacio", "no nos veamos todos los días", "no le voy a decir que lo amo", "no tengo que cargosearle", "no quiero traerlo a casa"... Pero siendo sinceros, ¿Cuántas veces algo de todo esto funcionó como esperábamos? ¿Cuántas veces nos pasó que al no verla, la extrañamos tanto que dudamos de su interés a menudo? Que decimos vamos despacio y después termina pensando que no estamos interesados... ¿Cuántas veces esa persona se alejó por razones que simplemente no eran reales, por el simple hecho de que no pudimos expresarnos? Es ahí cuando nos sentimos miserables, y claro, pensamos "si tan solo hubiera..." .

Bueno, yendo en contra de todo, yo nunca pude, siempre lo pensé, lo dije, y quise llevarlo a cabo para actuar diferente de la última vez que fracasé. Pero jamás pude contra mi naturaleza, siempre hice lo que sentía, cuando sentía, y exactamente cómo lo sentía, guardar sentimientos no sirve de nada, pero tampoco sabría si exponerse tanto sirve de algo...

Había una vez...

Quizás formó parte de su naturaleza, el encantar muchachos le hacía sentir viva y jovial. El simple acto de una mirada era apasionante, saber que sólo bastaba un pequeño haz de luz sobre sus ojos para que éstos se tornaran maliciosamente deseables. Recorría sus venas el dulce sabor de una Diosa, en el sentido divino de la palabra. Era asombroso observar miradas distantes con el rabillo del ojo apreciando el tiempo que éstas se clavaban en su esencia. No era una preciosura, su nariz algo prominente y sus brazos cual escarbadientes hubieran sido fatales de no ser por el poder que le había sido concedido. Su elixir era el secreto. Al llegarle la temprana madurez había adquirido los valores dignos de una deidad y el tacto característico de una madre.