Me resulta un poco irónico como la mente humana funciona, todos decimos A, y no sólo se entiende B, sino que además se hace C.
Te pido mi espacio, necesito mi lugar para mi, porque estamos todo el dia acá los dos. Y te digo que es porque tuyo no hay, porque me encantaria salir de acá para ir allá pero no existe (a medias en verdad, porque donde dormir tenés). Y después de mucho soportar, vas y me devolves mi espacio, y cuando lo tengo, lo amo y lo abrazo, y podría amarte a vos tambien si me invitaras a comer esos ravioles que preparó tu viejo, si me invitaras a pasar tiempo ahi, ordenando muebles, lijando paredes, como tantas veces te dije. No pido mucho, yo sé que no.
Pero no, solamente lo insinuás, esperando que yo proponga, que yo mueva, que yo piense y adivine. Y en ese juego extraño donde yo siempre tengo que dar el paso, hoy elijo quedarme acá, en mi espacio que tanto extrañé y tanto cedí, y la verdad... ojalá algún día encuentres el tuyo y ahí si te den ganas de compartirlo con alguien más y lo dejes entrar.
domingo, febrero 5
Y ahí sí
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