Mi pasar económico mejoró, en los últimos 2 años, notablemente. Me metí en algunas cosas por desesperación, que resultaron ser moneda corriente hoydía y la verdad me importa poco si tengo que andar escondiéndolas. Y mi caballito de batalla que ya lleva 5 años no para de caminar, a un ritmo constante y hermoso nos dá de comer, de facturar, y un motivo para vivir. Ah, y además, finalmente culminó eso que vengo esperando hace 10 años, y que no tengo ganas de usar ahora pero es sin duda una tranquilidad inmensamente silenciosa.
El tema acá son algunas cosas que vengo notando desde que ya no me falta la guita, desde que tengo morfi de la variedad que se me cante y puedo salir a tomarme la cantidad de birras que quiera.
Se siente lindo no? Meh, creo que si, la verdad que no se si quisiera acostumbrarme a esto porque en dos segundos perdí noción de los precios de las cosas (y no soy ricachona, a penas si tengo unos cuantos mangos extras para comprarme la boludez de turno). De pronto ya no me parecen "caras" esas boludeces que antes miraba con tanto desprecio porque me significaban una semana de comida. En ese ritmo vengo gastando cuanta guita se me canta, y ultimamente canto mucho y afino poco.
Pasé de desear con desesperación algun cumpleañito que me invitaran y hubiera sanguches de miga, a comprar y comer unas 3 docenas en el ultimo mes. Y adivinen que? Ya no me entusiasman.
Todos los domingos voy a la fabrica de pastas, me siento a comerlas, y nada.
Pido delivery, compro de eso caro porque me lo merezco, y al otro dia es normal ver los restos en la heladera, y adivinen que? No siento nada.
Tengo mucha ropa nueva, porque claramente el ultimo tiempo subí de peso y mi ropa de toda la vida ya no me entra. Y adivinen que? Acá sí, esto sí lo aprecio, tanto tiempo pasé con las mismas prendas que la tela nueva me hace sentir a gusto, las remeras que no están deformadas, los pantalones que abrigan y no necesito ponerme algo debajo. Y acá un poco me siento yo, apreciando y valorando realmente lo que me hizo falta tanto tiempo.
Y luego miro el lugar donde estoy viviendo y la misma bronca nace cuando toca pagar el alquiler, pero esta vez un poco soy conciente de que este sí lo elegí, no será el de mis sueños pero puede darme tranquilidad a largo plazo, puede sostenerme cerca de mis afectos, darme techo, cobijo, y comunidad.
Y ahi está la cuestión, de las cosas que son excesos y me alejan de mi, y las cosas que me recuerdan de donde vengo y donde quiero ir.
Qué dificil es la guita! Vil y sucio dinero.
domingo, febrero 5
Vil y sucio dinero
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