miércoles, abril 22
La fórmula del Amor
Este último tiempo de mi vida aprendí que pensar similar no es amor y tener los mismos gustos no es amar. Entendí que tener en frente el tipo de físico que atrae no es pasión, que conversar hasta altas horas de la madrugada no es amor. Que amar no es desenfreno continuo y que extrañar a rabiales no es amor. Analicé detalladamente palabras, sentimientos, formas de caminar, de masticar, de besar, y resultó que nada de eso trajo amor. Finalmente llegué al momento de sentirme a gusto, de encontrar companía a la soledad, de ansiar el calor y querer mostrar en detalle los rincones de mi mundo. Llegué al día en que todo era ansia, desenfreno, saciar anhelos olvidados y buscar amar. Y fué allí cuando comprendí, que si tiene nombre y tiene descripción, es evidente que tampoco será Amor.
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