martes, marzo 3
Cebar conciencia
Esta mañana agradecí la yerba de mi mate. Hace unos días que venía escrutando góndolas, buscando alguna oferta o descuento que me habilitara a comprarla. Pero no tuve suerte, y decidí que podía tomar jugo o mate cocido algunos días más, hasta que apareciera algún precio que la justificara, o entrara algo de plata. Pero el domingo quisimos ir al río con una amiga, y la necesidad de yerba se hizo menester, así que ante la ganancia de un buen mate compartido cedí y compré la más barata, que de barata no tenía nada. Esa yerba me habilitó una buena tarde, unas buenas charlas y un más que rico tereré. Esa misma yerba fue la que esta mañana me hizo levantar con ganas, porque podía tomarme un mate, porque tengo yerba y sé lo que vale, sé lo que cuesta, y porque también me hizo recordar que ya pasé por esta, que no es para siempre y va a pasar, pero siempre que vuelve me hace un poquito más humilde y más consciente. Y agradezco, agradezco poder tomarme este mate lleno de conciencia.
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