Dios quiera que nunca tenga la desdicha de herir a mis pares a tal punto. Me gustaría comprometerme a prestar especial atención en no herir a quienes me aman. Pero también, a cambio de esa dicha si me es posible, me comprometo a no herir a nadie, no tomar por ventaja el hecho del desconocido. Quisiera poder prometer que no voy a lastimar adrede a ningún ser humano, pero al decirlo se torna ya difícil, por eso me comprometo al menos, a intentarlo cada día un poco más.
Gracias Papá por decirme Zorete, gracias Mamá por llamarme Carlitos.
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