Volví, y antes de siquiera ducharme lo fuí a buscar. Mi viejo, quien de mala gana había aceptado cuidarlo, ahora no lo quería devolver. Es que el tipo es crack, compra a todo el mundo. Se pasó 20 minutos llorando y pataleando cuando nos vimos. Después en casa, mientras subía la escalera, ya me esperaba llorando al lado de la puerta. Al fin reconoce algo como suyo, es su casa por la que lloraba. Pero ahora volvemos a las viejas usanzas, se está comiendo todos los días algo distinto, en menor magnitud, en menor desastre, pero todos los días algo...
Volvamos a empezar, busquemos nuestra paz para todo el año.
No hay comentarios :
Publicar un comentario