En mi casa no te llevabas un vaso de agua a la mesa de luz. No se hablaba en la cena y se almorzaba en la compu. En mi casa los domingos se dormía y no se cenaba. Había más computadoras que personas en la misma habitación. El sillón era incómodo, igual que las visitas. El asado se hacia rápido. En mi casa no se aceptaba ninguna mascota para querer. Sólo peces y dos tortugas. En mi casa sólo te podías bañar a la tarde, para no joder.
En mi casa no todo era una cagada, porque así crecí, y yo lo disfrutaba.
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