El día que llegues, no voy a hacer ningún esfuerzo para que te quedes.
Si sabes de que hablo,
no voy a peinarme, ni me pintaré las uñas.
Vestiré lo que más feliz me haga,
sin importarme si te agrada.
Reiré fuerte, desde adentro y todo para afuera,
quizás con un poco de saliva,
de la misma que condimenta nuestros besos.
Voy a preocuparme si, por lo que quieras cenar,
que con tu estómago contento,
me garantizo dos o tres mimos de repuesto.
Si sabes de que hablo,
no voy a peinarme, ni me pintaré las uñas.
Vestiré lo que más feliz me haga,
sin importarme si te agrada.
Reiré fuerte, desde adentro y todo para afuera,
quizás con un poco de saliva,
de la misma que condimenta nuestros besos.
Voy a preocuparme si, por lo que quieras cenar,
que con tu estómago contento,
me garantizo dos o tres mimos de repuesto.
Y puede que te vayas,
por un rato, o para siempre.
De cualquier forma,
no voy a esforzarme para que te quedes, no voy a rogar que regreses a la cama,
que faltes al trabajo,
que me des un beso más.
por un rato, o para siempre.
De cualquier forma,
no voy a esforzarme para que te quedes, no voy a rogar que regreses a la cama,
que faltes al trabajo,
que me des un beso más.
No haré nada por procurarme un poco más de ti,
ni falta que me hará,
porque si te quedas,
si acaso vuelves,
ya será tu amor quien golpee esta puerta.
ni falta que me hará,
porque si te quedas,
si acaso vuelves,
ya será tu amor quien golpee esta puerta.
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