Pasamos la tormenta, volando en una nube,
y acá estamos,
otra vez,
acá abajo.
Este lugar nunca cambia, siempre me espera.
Cuando dejo las distracciones, siempre me abre la puerta,
y la cierra.
Cierto confort debe de tener (no todos los lugares permanecen para mi).
Pero éste es especial, éste me recuerda la vida que no vivo, las horas que duermo, me muestra las enormes cosas que hice y las recubre de polvo. Y aunque de vez en cuando me pincha los costados, me martilla la cabeza, me rebota de un lado a otro de la habitación,
cierto confort debe de tener.
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