Después de dejar de buscarte en las madrugadas y esperar tus malhumores para que me salga de la cama en la mañana, también de discutir por mi falta de apuro al caminar y tu urgencia por dejarme atrás.
Luego de abandonar las duchas juntos por tu agua fría y la mía hirviendo, y aún después de extrañarte cocinando algo rico para los dos...
Después de todo eso, sólo me queda pena en el alma... por vos y por mí. Por mí que aún te deseo lo mejor,
y por vos que no te dejás ser feliz.
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