jueves, julio 4

No haberse muerto


El catedrático rezó a Dios para que se fuera, por amor de Dios vete, y le rogó a la Juana Montiel que seguía venerando en el recuerdo que se llevara de una vez a esa otra Juana Montiel que venía a sacarle en cara el error más costoso de su juventud: no haberse muerto de amor cuando se le murió el amor.

Eliseo Alberto - La eternidad porfin comienza un Lunes (o El grande viaje del Cisne Negro sobre los lagos de hielo de Irlanda)

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