
Otra vez, los pies frios y la mente en remojo. Casi lo olvida por completo,
pero no.. recuerda cada
vez mas fuerte esa sensación que se

avecina. Polleras rojas revolotean al ritmo de unos zapatos furiosos, y luego, es el momento. Los miles de ojos callan, esperan su presencia. La música suena y se lanza al vacío frente a la multitud. El aire en sus mejillas la hace volar con los pies en el suelo, contorneando siluetas infinitas. Y lo reconoce,
eso que una vez dejó
y no quiere volver a abandonar.
Otra vez,
ella recordó como era,
la adrenalina de estar en un escenario.
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