martes, diciembre 26

Esas palabra que todos usan y nadie conoce: Stress, angustia, ansiedad.

No sé cuando fué que empecé a alejarme de las multitudes, que declaré mi miedo al encierro, al sofoco. Como cosa normal nadie le dió mayor importancia, y yo simplemente evité ese tipo de situaciones. Un tiempo después hubo días donde me quería bajar del colectivo, no porque fuera un colectivo lleno, no porque me sintiera mal del estómago, me quería bajar... porque me quería bajar.
De ese tiempo a esta parte viví durmiendo 5 o 6 horas por dia, máximo, despertándome unas cuantas veces de por medio, y siempre amaneciendo con dolor de piernas, otras veces de espalda, y otras, las peores, con dolores cervicales, esos hasta que no vomitaba no aflojaban. Muchas veces llegaba el mediodía en el trabajo y el ruido del teléfono ya no me dejaba pensar, varias veces tuve la necesidad de salir corriendo, pero me iba un costado, lloraba un rato, y seguía. Tuve infecciones urinarias, 5 en el último año, algunas veces no menstruaba, y los calambres estomacales estaban a la orden del dia. Y mi respuesta al ¿Como estás? siempre era bien, cansada. Pero de bien nada, estaba más cansada de lo que podía siquiera pensar, a cada que podía me largaba a llorar.


Y la gente, cualquiera sea, vienen todos por defecto con el manual para confundir más al confundido: Pero si tenés un montón de cosas lindas para estar bien! Tu sobrino, tus hermanos, tu perro, tu casa, ¿que más te falta? ¿No te alcanza? A vos te falta hacer ejercicio, algo que te canse, algo que te guste. No llores! Dejá de quejarte... Y más te preguntan y peor te condenás, porque vos sabes muy bien que tienen razon, vos sabés de todas esas cosas hermosas que tenés, que valen un montón, pero que no logran ser suficientes y peor te sentís por no darles el valor que merecen. Y cuando te cansás de escuchar esas cosas que lastiman más de lo que ayudan, dejás de hablar, dejás de pedir ayuda, y ahí la embarrás peor, porque procesión que vá por dentro se pudre en cualquier momento.

Tuve 3 años de psicoterapia, que me ayudaron un montón, me dieron muchas herramientas para reconstruirme desde las cenizas y salir a flote, pero desde ese tiempo donde me levantaba a la mañana con más pensamientos de los que podía escuchar, no conseguí herramienta alguna que pudiera ayudarme. Fuí a buscar ayuda profesional con un psiquiatra, pero yo insistía en que no quería medicarme, que yo tenía que ser capaz de resolver mi ansiedad por mis propios miedos, y me dijeron que los psiquiatras hacen eso, medican. Y me fui, porque para mí estar medicada psiquiatricamente era bajar los brazos, era rendirme. Empecé Yoga, y de las 10 meditaciones que hice sólo logré apagar mis pensamientos en una, como 2 minutos. No poder concentrarme me ponía todavía peor. Me dijeron que haga algo para mí, algo que me llene, pero como explicar que en esos tiempos nada siquiera me movía a salir del sillón.

Y los que mas te quieren pueden ser los que menos te escuchen, porque, y lo entendí después de un tiempo, es tanta la impotencia de no poder ayudarte, que muchos prefieren ignorar el tema, hacer como si nada, como si no quisieran tener que lidiar con tu dolor y entonces mejor hacer como que no existe, que es todo invento tuyo. ¿Pero saben qué? Si, es invento mío, de mi cerebro, de mi cuerpo, y no sé bien qué hacer, porque ya no puedo pensar, porque no me concentro, no descanso, no disfruto, y nada de lo que me gustaba hacer me motiva en este momento. Y quiero llorar, porque es lo unico que controlo, las ganas de llorar, cuando quiero y donde quiero.

En esos días, consulté con un Doctor conocido y me dijo, "Pensá que por no tomar una pastilla todos los días, cada día te lastimás peor".

El último tiempo noté cosas que ya no me parecían normales, me quisieron robar cerca de casa y desde ese día empecé a dormir con la luz prendida, porque tenía miedo de cerrar los ojos en la obscuridad.  La otra vez vimos una película de terror, y me fuí a dormir con un miedo que ni yo sabía a qué era, la peli era malísima. Ahí fué cuando lo entendí, que hace más de un año que no dormía, que hace más de un año que estaba luchando conmigo misma, que trabajaba, estudiaba, hacia actividades, y me vivia proponiendo proyectos pero nada habia dado resultado, que ya no podía mas y mis miedos se estaban apoderando del día a día, pero esta vez, dije basta. Fui a mi Doctora de confianza, le conté todo, y en menos de 20 minutos me di cuenta que mi resumen no se podía resumir, que venía sufriendo hace tanto que ya no me había dado cuenta, que la opinión de mis seres queridos era tan importante que la habia dejado tomar lugar en vez de la mia propia. Ese dia acepté tomar mi medicación, hoy pasaron 20 días y no les puedo contar lo feliz que estoy de simplemente poder dormir, solo eso, dormir como una persona normal.

El resto también está mejor, tengo la cabeza en silencio, no llego con ganas de llorar al mediodía, y disfruto de las siestas como si tuviera 15 años otra vez. Después llegaron los resultados de mis estudios, y sí, necesito la medicación porque algunos neurotransmisores de mi cerebro no están funcionando como corresponde. Hay muchas cosas por resolver, pero entendí que a veces, no podemos ocuparnos de todo.

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