Cuando volvés al centro, recordás que las cosas no te suceden, sólo suceden. Y entendés que nada debiera hacerte daño, si estás dentro del eje. Porque vos lo construiste, con tus propias manos, y nadie puede desarmarlo. Sos la responsable de que todo esté en paz, de tu propia paz.
El amor es una de las maravillas de esta vida, sólo que aún hay personas que no lo saben.
El amor es el motor.
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