Es una lucha constante, que espero algún día librar. Hoy, por ejemplo, me doy cuenta que nunca me dijeron que yo podía, que era muy capaz de hacerle frente a la vida, al miedo.
Hoy sé, sé bien qué si lo soy, porque me construí sobre esa base, sobre el deseo de encontrar las cosas que no se me decían. Me construí alentándome a mi misma, con mi voz, diciéndome que no tuviera miedo, que yo podía.
Y hoy, me doy cuenta que junto a esa voz, está el demonio de lo que no fué. Él creció dentro de mí, a la par de mi propia voz, y cada vez que la escucho diciéndome que puedo, lo escucho también a el. Me pregunta si estoy segura, si será cierto... porque no hay más voces que la mía, nadie más piensa que yo pueda, se muestra preocupado, temeroso, no vaya a ser cosa que haya sido todo un invento mío.
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