Ayer se morfó las tiras de una pollera que tenía en la silla, y destrozó un par de macetas pequeñas. Hubo penitencia, si tenía ganas de salir, se iba a tener que aguantar. Pasada la hora y media, me miró firme, se paró frente a la puerta y dijo : "Flaca, si no me sacás, te dejo un charquito acá nomás." Es un crack, todos los días aprende algo nuevo. También está aprendiendo a montarse a la gente, y con eso no andamos tan felices, espero que se calme, no me copa tener que castrarlo.
Y tenemos algún que otro momento de mimos sinceros, donde no me rasguña, se queda, se deja acariciar, se sumerge en el momento, y yo también. Y le repito, por más miedo que otra cosa: "Siempre vuelvo, viste?". Vamos a estar 15 días separados, no es tanto, ¿no?
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