La ansiedad, ese sentimiento de ardor en el pecho por conseguirlo todo. El todo máximo, el todo inalcanzable, el todo ya, en este instante. La utopía urgente, desesperada y siempre incompleta de querer un mundo de satisfacciones al instante. La adrenalina que nos motiva a latir 220 veces por segundo, nos persigue, nos aplasta. La ansiedad, el castigo de los incompletos, la expresión abrupta de la frustración. La urgencia, como sentimiento gobernante de nuestro corazón.
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