lunes, julio 27

Dulce rutina

Desayunemos luz esta mañana.
Abramos la ventana, 
que el sol se sienta a la mesa.

La brisa cálida rondará los recovecos,
entre el pan, tus manos, y el café,
bailarán los restos de la noche que pasó.
No podremos más suavizarnos los contornos,
los papeles llaman apremiantes,
no podremos más recorrernos los silencios
pero es solo por un rato, caminante.

Y solo en este rato, 
tu sonrisa de jugo, cereales y suspiros
se prepara omnipotente para el día inexistente,
y la noche que vendrá.

Donde los papeles se nos vuelen
en las sombras del cortinaje,
se detenga este apetito 
que de tí y de mí nos nace.

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