domingo, julio 5

Conocerse toma su tiempo

Solo tomo café real, y real es con espuma. A veces bailo frente al espejo y nunca corro un colectivo. Como aceitunas más que caramelos, y no le encuentro el gusto a la lechuga. Aborrezco el frío. Siempre digo buen día al colectivero, y nunca me siento adelante. Le encuentro un gran disgusto a las faltas de ortografía. Abrazo mucho. Siempre quise poder enojarme más por fuera en los momentos necesarios. Jamás salteo una comida, ni la cambiaría por un tecito, sopita, o yogur.  Sufro de contractura cervical muy a menudo: cargo mis problemas en los hombros, literalmente. No sé si el sol nos afecta más a las personas de ojos claros, nunca tuve otros para probar. Nunca recuerdo la clave del homebanking. No puedo encontrar satisfacción alguna en el deporte, pero bailando el mundo es diferente. Me gustaría imprimir todas las fotos que tomo, y tener suficientes paredes para colgarlas. Hago listas a menudo, pero jamás las uso. Tengo 9 elefantes en mi cuarto, 2 en mi notebook y uno en mi pierna. Si pudiera levantaría todos los perros de la calle y cerraría todos los criaderos de raza. Tengo más ahijados que hermanos y más amigos que calzados. Siempre pensé que me tocó un signo muy berreta. Cambio este reino por un sanguche de miga. No entiendo la comida agridulce. Me gusta el puré de calabaza con mucha mayonesa. Prefiero un cuarto de tostado antes que una torta entera. Mi nariz es grande y mis pechos son pequeños, y me gustan así. Nada que tenga que ver con mis pies merece ser mencionado. Me gusta mi pelo tal como es, nunca lo he agredido con tinturas o tratamientos. Desvestirse me parece un tramite eterno, pero andar sin ropa es la gloria. Le tengo pánico a los grupos de mujeres. Soy mujer. Seria mil veces madre antes que profesional. Tengo dos bastidores, un atril, y un juego de oleos sin abrir. Hace dos años los pedi para mi cumpleaños. Voy a mudarme pronto, y voy a ser feliz.

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