Se usa el corazón para pequeñas cosas. Se usa para los niños, de pequeña estatura. Se usa para los abrazos esporádicos de gente con pequeño cariño. Se usa el corazón de a ratos, despacito, muy poquito. Se usa sin gastarse, y sin hacerse valer. Se usa, como quien no quiere la cosa, en alguna que otra historia que lo hace removerse en su lugar. A veces se usa para llorar, más que para reir. Y se usa también improvisando, actuando para el estreno que no llega.
Se usa el corazón.
No se vive,
no se siente,
se usa.
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