domingo, noviembre 30

Gente bella


Las personas más bellas con las que me he encontrado son aquellas que han conocido la derrota, conocido el sufrimiento, conocido la lucha, conocido la pérdida y han encontrado su forma de salir de las profundidades.
Estas personas tienen una apreciación, una sensibilidad y una comprensión de la vida que los llena de compasión, humildad y una profunda inquietud amorosa.
La gente bella no surge de la nada.
Elisabeth Kubler Ross

Ciegos

Sabía que era hondo, pero igual me metí, tan profundo tenía que llegar para recordar esos días. Para sufrirlos, para vivirlos, una vez mas y poder perdonar. Y solamente pude entender, todo lo indicaba. A la vuelta vislumbramos la peor neblina que hubieramos imaginado, no veíamos nada a más de 100 metros. Estábamos ciegos, de dolor, de niebla y rencor.
Y solo vi, como todo combinaba, vi la niebla y no pude perdonar nada.

domingo, noviembre 9

Donde no quiero

Hay ciertos lugares que uno nunca quisiera estar. Pero siempre llega el momento, y uno está donde no quiere. Si es un lugar físico, podés irte, si es un acontecimiento pasa en un instante y al siguiente ya estás empezando a olvidarlo. El problema está cuando el lugar está dentro de uno mismo, omnipresente y vacío. En ese lugar de verdad vas a querer dar la vida por una ventana abierta, o una puerta mal cerrada que te deje correr, lejos. Vas a querer que algo suceda, que venga alguien a darte la golpiza de tu vida para que sea solo un momento, y al siguiente ya lo estés empezando a olvidar...


Vas a querer salir, y no va a haber más que carne, piel y huesos.

No hacer espacio

Abre la billetera, todos los días. Es uno de esos lugares imposibles de no visitar seguido.Y ahí está, oscura y siniestra, cada vez que la abre, la vé. Atrás de ese plástico artificial y vacío está, inmutada al paso del tiempo, petrificada. Una vez la sacó, dice, pero no era el momento y ahí sigue todavía. Dice que le recuerda como fueron aquellos días. 

La flor está marchita, oscura... así fueron esos días




Y ella no lo quiere, no lo extraña, 
pero mientras la flor siga ahí, 
significa que no hay ninguna otra 
para marchitarse de nuevo.