Siempre te dije que confiaras en mí. Y ahora entiendo que nunca escuchaste, me ignorabas y te resignabas. No quisiste rutina, te ofrecí caminatas por la luna, temiste a la obsesión y me esforcé para imprimir sólo pasión. Que confiaras, en la verdad de mis palabras, en el amor que nos teniamos, o al menos en el que yo te daba. Pero te rendiste ante el cansancio, dejaste que el silencio ganara, permitiste que la distancia formara parte de nosotros. Y peor que nada, lograste que un nosotros, sea sólo... vos, yo.
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