Me enrosqué, me enrosqué tremendamente en un juego que era solo tuyo. Me agarraste en un momento donde no estaba mirándome con claridad y creí en alguna magia ancestral del universo que me traía el amor eterno en forma de acertijo.
Igual está bien, a mi esa forma de creer me fortalece, cada vez que pienso que el mundo tiene algo mejor para mí estoy un pasito más cerca de verdaderamente conseguirlo. Cuando yo creo en una persona, apuesto al rincón de mi corazón donde no entran los prejuicios y reina la empatía, en ese momento mi corazón se hace un poquito más grande, y siempre dá lugar a nuevas sensaciones dignas de ser vividas.
Pero me enrosqué y eso sí que me dá bronca, siempre me reprocho la manera que tengo de no-ver-las-cosas , aunque quizás sea parte del embrujo ese que tanto me divierte, me dejo hechizar por el momento y voy jugando en el viento con las chispas. Lo que me dá bronca es quemarme, porque lógico que duele, que lastima, y que demora un tiempo en sanar.
De cualquier manera realmente no pasa nada, cuando el corazón se agranda cada vez un poquito más, es siempre más fácil y rápido sanar.
No pasa nada, yo crezco, y vos? Bueno, vos la verdad que ojalá algún día lo hagas también. En serio, de corazón, ojalá que dejes de jugar y te dediques a ser feliz.
domingo, marzo 7
Jugar o ser feliz
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