lunes, diciembre 2

Gestos

Valoro la gente que pide permiso, y aunque no reciba respuesta pasa con cuidado. Aprecio la persona que dice Hola cuando llega, y Adiós cuando se vá. Me agradan los que terminan sus conversaciones aunque sea avisando que se van.  La gente que deja el paso, que no pega chicles debajo de la mesa, que guarda su basura en los bolsillos. La gente que busca soluciones antes de agrandar los problemas. Soy fan de toda persona que sepa pedir disculpas. Que abrace a sus abuelos y bese a sus chicos. Mis respetos a aquel tipo que un día devolvió la billetera que encontró y a la señora que a la noche entra al perro porque hace frío. La gente que te cambia el día con sólo desearte que tengas un buen día, es de lo mejor.

domingo, mayo 19

Temblando

Me gustaste desde el primer momento, teníamos todo en común y vos una sonrisa que derretía cualquier humano. Nos conocimos y entre risas y cerveza me dijiste un montón de cosas del corazón. Y yo me enganché fuerte a eso. Un día tuvimos un problema, otro día tuviste más de uno, y de ese tiempo de corazones y coincidencias, a este tiempo de incomodidad y dudas, pasó muy poco. No sé cómo, me enganché a una idea tan tuya y profunda que nunca vi todo el camino que me falta recorrer, recorrerte. La verdad, cuando te vas, me siento triste y enojada a la vez. Ahora te miro y veo solamente un muro, enorme, latiendo, temblando, delante de un corazón asustado, que no me mira, no me conoce y no quiere jugar a nada.

Y honestamente, no sé si tengo fuerzas, o ganas, para cruzarlo.

domingo, mayo 5

Una vez más

No hace tanto me fui de vacaciones y me dejé llevar, dos veces, con dos personas distintas. Luego, tarde, me di cuenta que quizás, ese instinto podía traer consecuencias, inubicables, inrastreables consecuencias. Empecé a estar más consciente de mi cuerpo, me dolían los pechos, el vientre, pero pronto todo llegó a su fin... y yo, que en algún punto de mi vida siempre supe que bien podría tener un hijo sin padre, por si la dinámica de familia corriente no estaba en mi camino, lloré. Una mezcla amarga de alivio y tristeza me invadió, y lloré sola al hijo que imaginé. Hoy, unos meses después, me encuentro con una bella persona, nos reímos, jugamos, disfrutamos de las primeras miradas intensas, y la vida me desafía una vez mas, porque anoche, la noche en que me iba a dedicar solo a ser feliz, algo salió mal y terminamos en la farmacia. Esta vez fue un accidente, un problema técnico, pero acá estoy otra vez yo, con ese hijo no buscado, no nacido, muy querido, llorando, preguntándome porqué vuelve a mí una vez más.

lunes, marzo 18

A eso vengo

Me encuentro en silencio, mirando pasar el tiempo, de lejos, como si pudiera -ahorasi- tomar distancia y empezar a ver el panorama. Leo algunas cosas de no hace tanto, y me siento campeona y nockeada a la vez. Por fin reconozco esas palabras como mías, ya no me son ajenos esos pensamientos oscuros, se que siempre están ahí, y soy consciente de que tengo que llevar la vida con otra gentileza. Empiezo, una vez más empiezo, a retomar este camino hacia mi. Y ya reconozco algunas sensaciones, la calma, momentánea y sabrosa como pan de mañana, la de gente que automáticamente queda detrás, la de la solitud sin soledad. Y muchos buenos deseos, para mí, para todos.
A eso me vengo a aferrar.

domingo, febrero 3

Grande mi amor

Cada vez que te ponías esa remera que te gustaba, que te sacaba una sonrisa, y entonces yo te decía que me gustaba también, aunque fuera por verte sonreir. Todas las veces que con miedo, me contabas que tenías planes sin mí, y yo te alentaba, a que hagas lo que quieras, porque éramos libres dentro del amor, y después lo afirmaba disfrutando cuando me contabas qué tal te fue. También, cada noche que decidiste darte media vuelta sin explicación, y me quedé a pesar del dolor. Y todas las veces que tu vida era tuya y nunca nuestra, pero sobre todo, el día que me dijiste que no sabías qué, que no creías que fuera así, y que había sido lo mejor que te pasó, ese día, cuando me fuí a pesar de querer quedarme, ese día,


amarte me hizo grande.

Distinto al resto

Siento la necesidad de empezar a ser alguien, de llenarme de personas que me complementen y completen. A veces miro los contactos en mi celu buscando un mate, un abrazo, y qué vacío encuentro, en el alma siento que mientras más miro la pantalla más me estoy perdiendo. Quiero contacto real, vivo, feliz, quiero ser parte de algo más, algo verdadero. Miro mi vida y todo transcurre ajeno, distante, frío como las pantallas que nos rodean, y condicionan. Tengo mezcla de miedo y felicidad, porque sé que no cualquiera puede verlo... y lo estoy viendo, directo a la cara, sin tapujos: quiero otra cosa para mí, otra calidez, otras semillas, otras raices. Quiero algo distinto al resto.