jueves, marzo 9

De amor y de amares

Volviste como si nunca te hubieras ido, o mejor aún, como si siempre hubieras estado conmigo. Volviste y no dudaste un segundo, trajiste escapadas, besos, desayunos. Hablamos horas y horas empezando diferentes conversaciones sin terminar ninguna, es más el afán de compartir. Nos pasamos la tarde buscando el fin de aquella historia, y de nuevo ya me olvidé, otra vez, de qué estábamos hablando. Y los besos, apretados, largos, intermitentes, entre risas, no nos dejan descansar. Cada tanto se te escapa, se te nota, que me querés, que no estás jodiendo, y que esa sonrisa ahora me pertenece. Y me sorprendo pensándote, sonriendo, queriéndote, más fresca, más linda, más suelta, sin miedo. No te importa si me baño los domingos, si te escribo cuando te extraño, si te vas con la ropa llena de pelos. No me importa que transpires tanto, que no hayas lavado los platos, que me escribas cuando me extrañas.

Y yo vuelvo a escribir, de amor y de amares.